Infografía sobre las tendencias mundiales y los retos que están dando forma a nuestro futuro y que van a condicionar los próximos desafíos de la alimentación y la agricultura a lo largo del siglo.
A lo largo del siglo pasado se han logrado enormes avances en la mejora del bienestar de las personas en todo el mundo. Las sociedades han cambiado de forma radical gracias a los pasos de gigante que han dado la tecnología, la rápida urbanización y las innovaciones en los sistemas productivos. Sin embargo, la situación del mundo actual está muy lejos de esa visión de un mundo “libre de temor y de necesidad” que esbozaron los fundadores de las Naciones Unidas. De hecho, queda mucho camino por andar para cumplir el objetivo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el de crear “un mundo libre de hambre y malnutrición, en el que la alimentación y la agricultura contribuyan a mejorar las condiciones de vida de todas las personas, en especial de las más pobres, de forma económica, social y ambientalmente sostenible”.
En medio de una gran abundancia, miles de millones de personas siguen afrontando una pobreza persistente, desigualdad masiva, desempleo, degradación ambiental, enfermedades y privaciones. Los desplazamientos y los flujos migratorios están en sus niveles más altos desde la segunda Guerra Mundial. Se han
resuelto numerosos conflictos armados, pero han surgido otros muchos. Gran parte de los avances de la humanidad Tendencias y desafíos globales que inciden en el futuro de la alimentación y la agricultura: Motivos de esperanza y preocupación se han conseguido en detrimento del medio ambiente. Los impactos del
cambio climático ya se están haciendo notar y, si no se les pone freno, seguirán intensificándose en los próximos años. Los procesos de producción integrada a
nivel mundial han aportado numerosos beneficios, pero las dificultades a la hora de regular esos procesos subrayan la necesidad de encauzarlos hacia unos resultados más equitativos y sostenibles.